Tal vez en el fondo de sus mentes, y contraviniendo al mandato clasemediero aspiracional, recuerden unos acordes de salsa donde Eddie Santiago decía:
(Qué locura fue enamorarme de ti)
Si al saber que tu amor ya tenía dueño
(Qué locura fue enamorarme de ti)
Amiga, quiero que sepas la impresión que tu presencia ha causado en mí
(Qué locura fue enamorarme de ti)
Me fui enamorando yo de ti
Pues en esta obra de la dramaturgia la chilena Gabriela Wiener a través de una historia alejada de los convencionalismos de la familia, el amor y la sexualidad. Los ingredientes primarios son: una relación poliamorosa y una familia (consecuentemente) poliparental, que se aderezan por el puerperio de una de las integrantes, ante este escenario se plantean una serie de disertaciones y reflexiones que transcurren en la vida cotidiana de sus integrantes.
La obra tiene varias capaz que analizar, pero una de las más interesantes es la demostración empírica es que no importan cuáles sean los constructos humanos que utilicemos para representar nuestra convivencia, el problema somos los humanos ya que, a lo largo de la lectura se observan conflictos bastante similares a lo que vemos una relación/familia tradicional. Y para los formados y criados bajo una estructura tradicional nos aleja de la idea de un mundo exótico de las estructuras familiares distintas a la propia.