El cuento que da título al nombre al libro es uno de ocho cuentos en los que Eduardo Rabasa narra en primera persona historias que muestran el surrealismo de nuestro enigmático país. Cada cuento relata en primera persona una historia que cruza la frontera de la realidad y la fantasía, con personajes que siendo divertidos no dejan de hacer pensar sobre cómo nos ocurren y hacemos ocurrir las cosas. Sin tocarse el corazón, y sin la autocensura de los tiempos actuales, las historias son extremadamente hilarantes y adictivas. De manera afortunada salta por los estigmas y embarra de mierda a todos los estratos sociales, demostrando la universalidad de la cosmología del mexicano, en la que las desgracias sin dejar de serlo son una mezcla de fantasía, cinismo y vulgaridad, estos ingredientes están tan bien balanceados que se percibe el arte de Rabasa para representarnos de una manera orgullosamente indecente.